Ya estamos de vuelta...
Después de tres días en Budapest toca responder a la nueva encuesta, volver a comer salchichas y pelearse con los apuntes en alemán.
Sobre Budapest hay bastante que decir. Lo primero de todo tomad nota: Si alguna vez pasáis por ahí no estáis en “Budapest”, sino en “Budapesh”. Esto nos lo contó un guía supermajo que conocimos: se dice “Budapesh”, y solo los turistas con sandalias y calcetines dicen “Budapest”.
Lo segundo que debéis saber es que Budapest está formada por dos mini-ciudades antiguamente separadas: Buda (a la izquierda en el mapa) y Pest (a la derecha). El río que las separa no es otro que el Danubio, el mismo que pasa por Viena, y la vista desde cualquiera de los más de cinco puentes que unen ambas orillas es increíble, como podéis ver en la siguiente foto.
Budapest es una ciudad llena de edificios majestuosos y calles bonitas, en eso se parece a Viena. La diferencia para nosotros es que en Viena vamos a estar diez meses, y en Budapest solo estuvimos tres días, así que nos dedicamos a patear la ciudad de un lado a otro. Si alguien tiene dudas sí, me duelen los pies, y no, no me gusta ver ciudades ^^.... Pero el caso es que al final mereció la pena, ya que a base de patear pudimos disfrutar de vistas increíbles...
y aún nos sobró tiempo para visitar las termas de Szécheny. Se trata de unas piscinas (interiores y exteriores) de agua caliente la mayoría de ellas, en las que turistas y no turistas se relajan con chorritos y masajes varios. La verdad es que mereció la pena pagar los 3000 florines (unos 10 euros) que cuesta la entrada para un día entero. Y eso que solo estuvimos unas tres horas, pero la sensación de estar en bañador al aire libre (unos 6ºC) y meterte en agua a 37ºC no tiene desperdicio. - A ver quién encuentra a Pablo y a dos coreanos saludando en la siguiente foto -
Del hostel (por el que pagamos 12 euros por dos noches) no tengo fotos todavía. La habitación la compartimos con dos canadienses muy majas y un chico que no quería interactúar con nosotros (así que no sabemos de donde era). Para el precio que pagamos estaba muy bien, y además tenía una sala común decente en la que pasamos las dos noches haciendo amigos franceses, japoneses, y unos vascos que nada más vernos nos hablaron en euskera (porqué será)...
Nuestros compañeros de viaje fueron dos coreanos muy majos pero también muy peculiares. La verdad es que nos vinieron bien, ya que gracias a ellos (y para desgracia de mis pies) nos recorrimos todo Budapest. Ellos decían que probablemente fuera la última vez que lo visitaban y entonces tenían miedo de que les quedara algo sin ver.
También gracias a ellos hubo un par de momentos graciosos. Por ejemplo, la primera noche fuimos a cenar a una pizzería barata pero muy bien puestita, con mantel y copas de cristal. Pedimos una pizza cada uno y cuando empezamos a comer nos dimos cuenta de que ellos hacían un ruido extraño y bastante alto, como cuando masticas un chicle con la boca abierta. Pablo y yo nos miramos y decidimos que teníamos que aguantar la risa (cosa complicada). Un par de comidas y cenas después nos dimos cuenta de que en Corea (y no sé si en Asia entera) la gente come así para saborear bien la comida, y el caso es que si pruebas a hacerlo notas que sabe más, pero no, por el ruido que haces no merece la pena.
Otra cosa extraña fue cuando uno de ellos nos preguntó porqué el guía decía que Budapest es una ciudad post-comunista. Le dijimos que eso significaba que hace unos años había un sistema comunista gobernando, y él nos miró extrañado. Le preguntamos si sabía algo del comunismo, y nos dijo que sí, que eso significaba “ilegal”... Intentamos explicarle lo que nosotros (y todo el mundo) entendíamos por comunismo y él, vecino de Corea del Norte, nos miraba como si le estuvieramos hablando en chino. Cousas veredes...
Hubo un par de anécdotas más que nos hicieron comprender que nuestras culturas son muy diferentes. Hay que entender que sí, que nosotros nos asustamos del ruido que hacen al comer pero a saber cuantas cosas les extrañan a ellos, que por ejemplo cada dos por tres nos preguntaban si estábamos enfadados porque hablábamos muy alto entre nosotros.
En resumen, un viaje interesante en el que visitamos una ciudad con mucho encanto. Edificios majestuosos, tiendas de souvenirs por todas partes, calles bonitas y aún por encima todo más barato que en Viena (y que España). El problema es que los precios están baratos porque el nivel de vida es bajo, lo que quiere decir que si eres turista puedes comprar muchas cosas, pero si eres húngaro probablemente sufras para llegar a fin de mes. Se trata pues de una ciudad de extremos, en la que encuentras auténticos campamentos de gente pobre durmiendo en el metro. Gente que (a diferencia de nosotros) no quiere sacarse fotos en el parlamento, lo que quiere es que la gente que va allí todos los días haga su trabajo y saque al país de la miseria.
Este es un resumen corto de nuestros últimos tres días, en los que disfruté mucho pero también comprendí que a veces hay que mirar el mundo con otros ojos. Me sirvió además para darme cuenta de que ya estoy adaptada a Viena, porque cuando bajé del bus de vuelta me hizo ilusión volver a escuchar el alemán!! Creo que hasta puedo decir que lo echaba de menos...
+ fotos aquí
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Mutxulo Budapeshhhh y las fotos. Según parece, no teníais tanto calor como la última vez que estuviste allí. Sí,entonces, cuando "ver ciudades" no te gustaba un pelo y protestabas lo indecible por patear de la mañana a la noche viendo cosas nuevas. Está claro que se cambia mucho y algún bichillo viajero te debió de picar. Me alegro de que lo hayáis pasado tan bien.
ResponderEliminarahora sigo protestando por el dolor de pies eh????
ResponderEliminarJoer, qué chulo BudapeSH no?
ResponderEliminarMañana cuando coma saborearé la comida ajajajaj. Y bueno, sobre lo del volumen de voz está claro, los españoles e italianos somos los más escandalosos. Una rusa me contó que una vez estaba en Cádiz y vio a una pareja discutir "tan alto" que se puso a sacarles fotos jajajajaj.
Sigue viajando!
Ey!que guay budapesh!!y las fotos molan, pero...hay una en la que hay un autobus en el agua???creo que veo mal o que he visto poco mundo...jajaja...
ResponderEliminarsaudiños!!!
Como guía de viajes, la tuya de Budapest no vale ni uno solo de los bits que utilizas para componerla; vamos, que no eres una profesional de este negocio y se te nota. Tu blog son aventuras y nada más que aventuras, y ahí tienes un pase. Por ejemplo, no estuvo mal lo de los coreanos.
ResponderEliminarññññññññññññññññññññññ vaaaaaaaal, Budapest mola :)
ResponderEliminarQ tal a volta á rutina?exando de menos el "calor" del hogar vienés, xD?
Bicos
Genial, yo viajando por Castilla y tú por Hungría. Si es que me tenía que haber ido de Erasmus, one more time.
ResponderEliminar!Segovia tiene un color especial!
varios años yendo a budapest y ahora me entero de que se dice budapesh...qué triste, por lo menos cuando fui no compré al revés el vuelo...(más triste todavía) :)!! qué guai que fuisteis a las termas del parque de la ciudad, nosotros las descubrimos el último día y no pudimos bañarnos!
ResponderEliminarbesos
me encantan las fotos