jueves, 26 de noviembre de 2009

Cada loco con su tema

El primer paso es reconocerlo, y en ello estoy. Creo que me he enganchado.

Todo empezó hace apenas tres meses. Por aquel entonces no sabía aún cuanta cantidad echar ni si realmente iba a funcionar, y de hecho, la primera vez no obtuve el resultado esperado.

Poco a poco ha ido pasando el tiempo y ya soy una experta. Domino a la perfección el método y la técnica. Y qué textura, qué olor... insuperable. Solo hay un problema, es adictivo. Cada semana que pasa necesitas más cantidad para obtener mejor resultado. Y aún así nunca estás contento.

Es una de las pocas cosas en las que no escatimamos recursos a la hora de hacer la compra. La primera vez escogimos el más barato, pero pronto nos dimos cuenta de que no debía ser así. Hay necesidades que están por encima del ahorro.

Qué suavidad, qué olor, qué frescura... Lo mejor es ahora, en estos momentos, cuando el olor a rosas invade toda la habitación durante horas...





Y es que la culpa no es mía, es de las instrucciones en alemán, que así no hay quien se entere de cuanto suavizante hay que echar en la lavadora y entonces echas, y echas y echas....y siempre te parece poco....y claro  ¡Te acabas viciando!

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Pongámonos serios

Hoy es el día contra la violencia de género, y sí, estoy de acuerdo en que esto de los "días de" es una tontería. Probablemente hoy sea el día del apareamiento del calamar gigante y de los taxistas del Tirol, pero también hay "días de" que es bueno tomarse en serio.

Así que hoy es un buen día para pararse unos minutos y recordar. Recordar que la víctima puede ser tu vecina, tu tía o la cajera del supermercado que te sonríe tristemente todos los días.

Os dejo con un corto de apenas tres minutos que hace reflexionar.




Porque la violencia nunca debería ser un juego

martes, 24 de noviembre de 2009

Chuleten-landia

Dos de la tarde. Después de una mañana estresante con siete horas de clase y dos amagos de poner exámenes en fechas extrañas Peibol y yo comemos apuradamente un bocata dándole el último repaso al examen de las cuatro (primer examen en Viena y por lo tanto los dos haciéndonos caquita en los pantalones). A nuestra derecha vemos que un chico tiene los mismos apuntes que nosotros, le preguntamos y nos dice que sí, que tiene el mismo examen. Seguimos estudiando y al cabo de veinte minutos un amigo viene a buscarlo, nos desean suerte y se van los dos a otra mesa a hablar tranquilamente.


Peibol - “Oye Bego, esos dos están hablando de lo más tranquilos”
Bego - “Lo tendrán muy bien estudiado”
Peibol - “Qué dices! ¿ No has visto el taco de chuletas que le trajo el amigo?”


Me decido entonces a girar la vista disimuladamente y me encuentro con un fajo de chuletas de dos centímetros de ancho, es decir, unas cincuenta hojas cada una con cuatro diapositivas impresas en miniatura. Después de flipar un poco ante semejante chuleta seguimos repasando.


Llegan las cuatro y el examen se supone que empieza a las cuatro y diez. Decidimos llegar un poco antes a la clase designada no vaya a ser que aquí les dé por seguir un ritual extraño antes de cada examen, quien sabe, a lo mejor comerse una salchicha grasienta todos juntos o cantarle una canción al profesor (otra cosa me extrañaría más). Llegamos pues a la clase en cuestión diez minutos antes de la hora y nos encontramos a todos los alumnos ya sentados cada uno en donde le dá la gana. Nos buscamos un par de sitios hacia el fondo y sacamos un boli, hasta ahí más o menos todo normal (sin contar con que los alumnos esperan al profe ya sentados dentro de la clase).


En ese momento, ya sentados en clase y con el boli listo para empezar, fue cuando empezó mi mirada sucia. Resulta que mirara a donde mirara veía chuletas por todas partes. El chico que estaba a mi lado (un vigallón de más de treinta años) comprimía sus chuletas en una cajetilla de tabaco. Uno de los de delante cubría la palma de su mano con un porrón de términos extraños. Más adelante, dos que estaban sentados muy juntos organizaban unos folios con las transparencias en miniatura, osea, en plan chuleta normal pero sin recortar...total, ¿Para qué?. Mirara a donde mirara me encontraba con alumnos organizando sus apuntes en miniatura...quién sabe, igual no eran chuletas y aquí les mola lo de dejarse la vista al estudiar.


En plena orgía de chuletas llegó el profe y todos siguieron a lo suyo (eso sí, más disimuladamente) mientras el profe soltaba el típico rollo de “no os olvidéis de poner el nombre”, “quiero respuestas precisas”, “leer las perguntas bien antes de responder”… que no es por nada pero en alemán suena mucho más importante. Dicho esto, empezó a repartir los folios y ya dejé de ver chuletas por todas partes y me concentré en lo que tenía que hacer.


Ahora estoy esperando a que salga Peibol y mientras veo como van saliendo nuestros compañeros guardando las chuletas en el bolsillo todos sonrientes, un cachondeo vamos.


Y a mi que me daba miedo haberme anotado unas cuantas palabritas en la palabra “chuleta” del diccionario español-inglés que nos dejaron llevar...




Por cierto, que en Viena son muy pijos y muy raritos, pero los coches de policía no suenan como la primavera de Vivaldi, unos mínimos! Son más bien como un ruidito cojonero pesadito en plan tiruriru tiruriru tiruriru. 

Y como estamos en época de estudio os dejo una nueva encuesta relativa a los exámenes,  y hasta más ver!

sábado, 21 de noviembre de 2009

Los Erasmus también estudiamos

Pues sí, y como aquí las asignaturas empiezan y terminan cuando les da la gana se puede decir que estoy en una de mis varias semanas de exámenes de este semestre. Por una parte está bien porque te vas quitando asignaturas del medio pero por otra es una mierda porque en vez de chapar todo junto en febrero te lo vas repartiendo en distintas semanas durante todo el año (uy no! eso es bueno!).

Así que lo dicho, me vais a permitir que estos días solo actualice si tengo algo especialmente interesante que decir (no como de costumbre). Lo que puedo adelantar es que un día de estos toca entrada relativa al traductor de Google, sí, ese que es totalmente incompatible con el alemán. Y aunque ya lo contaré más adelante os avanzo algo que he  descubierto a base de traducciones automáticas y de darme cabezazos contra la pared: el alemán se escribe al revés, esto es, el verbo nunca va donde tiene que ir casi siempre sin conjugar. Por ejemplo: En alemán "Yo quiero comer patatas fritas" se dice "Yo quiero fritas patatas comer", y así es como lo traduce el pobre Google Translate.

Que bueno, para frases facilitas como ésa está bien, pero el otro día lo utilicé para responder a una encuesta que nos había pasado un profe en clase y me encontré con que tenía que responder a la siguiente pregunta "Considero que la carga de combustible del evento con las Naciones Unidas no cumple". Y no, la palabra United Nationen no aparecía por ninguna parte en la pregunta original en alemán, ni siquiera la abreviatura!! ¿Qué puse? Pues por supuesto que sí!

jueves, 19 de noviembre de 2009

¡Caramba!

La cosa prometía. Austria-España en Viena, ciudad donde hace un año se ganó la Eurocopa. En un principio pensamos en pagar once euros e ir al campo a ejercer de fans nº1, pero entre que una no es muy aficionada al fútbol y que la gente tenía clase hasta tarde decidimos intentar llevarnos bien con los jefes del Heimbar y llevarles un poco de clientela, aprovechando que ayer era miércoles y por lo tanto día de apertura de tan honroso local.


Los propios periódicos austríacos no preveían un glorioso resultado, y quizás por ello se dedicaron a alabar las cualidades de los “spanier” en los días previos al partido. Para ello utilizaban expresiones sacadas de vete-tú-a-saber-donde entre las que solo faltaba un recórcholis o tal vez un recáspitas.






Bueno, a lo que vamos. Ayer a eso de las nueve menos cuarto (hora de comienzo del partido) habíamos quedado con varios vecinos y amigos para ir al Heimbar y así disfrutar de la compañía de gente austríaca viendo el partido. A pesar de que el lunes nos habían dicho que sí que lo iban a poner en la tele, cuando llegamos nos dijeron que nos teníamos que esperar doce minutos (más el descuento) a que terminara otro partido que ellos estaban viendo con escaso interés. Como la semana anterior ya nos habían tocado un poco las narices con lo de los cacahuetes y en este partido doce minutos podían significar un par de goles decidimos hacernos los chulitos y largarnos a la sala de tele. Aunque claro, al cabo de un rato la sed hizo que nos tragáramos nuestro orgullo y fuéramos a comprarles bebidas a los del Heimbar. Qué se le va a hacer.






La sala de tele resulta ser una sala bastante tocha con sofás y una tele pequeñita pero bien situada. Así que tiramos de panchitos, palomitas y hasta un buen trozo de tarta aportado por el eslovaco y nos lo montamos bien. En la siguiente foto se puede comprobar que ver el fútbol lo veíamos, pero ¡el comer que no falte!.






Noventa minutos después (con cinco goles a nuestro favor) decidimos irnos al Heimbar a sonreírles un poco a los camareros austríacos, que a este paso creemos que nos odian de verdad: el otro día ganamos el torneo a sus amiguis, ayer España gana a Austria de paliza y nosotros se lo refocilamos...en fin, que visto lo visto ya toca cambiar la encuesta porque ahora ya es un poco evidente que gracia lo que se dice gracia no les hacemos. Y hablando de encuestas, a ver quién se atreve con la nueva!

martes, 17 de noviembre de 2009

Crónica de una final anunciada

Hoy, lunes 16 de noviembre a las 8 P.M fue el momento elegido por ambos equipos para celebrar la gran final del torneo. Por un lado: Peibol y Avni (nuestro vecino albano-sueco) acudieron a la cita seguros de si mismos y dándoselas de duros. Por el otro: Tomás (eslovaco) y yo nos mentalizamos duramente y planeamos una estrategia bien definida y estudiada.


La final constaba de tres partes: Billar, futbolín y dardos; y el esquema era sencillo: el que ganara dos o más juegos sería el vencedor. Como mi equipo era técnicamente un poco inferior elegimos nosotros el orden de los partidos, que fue el siguiente.


Primero futbolín. Más que nada porque los flipadillos de nuestros contrincantes parecen haber pasado su vida entre mesas de futbolín. Así que nada, como era de esperar nos ganaron con facilidad y ya se creyeron ganadores.






Luego vinieron los dardos, donde Tomas y yo teníamos verdaderas aspiraciones de triunfo. El caso es que yo creo que Peibol y Avni trucaron la partida (como se puede ver en la foto anterior). Aún así, fuimos todo el rato por delante, pero claro, como los listillos tenía miedo se dedicaron a desconcentrarnos y a hacernos reír y al final llegamos a los últimos puntos bastante empatados. En la siguiente foto podéis ver claramente como ambos me están desconcentrando en pleno tiro.






Se trata de un juego en el que tienes que hacer 401 puntos exactos, y por lo tanto al final te puedes pasar un año tirando dardos hasta que aciertes exactamente en la cantidad que tienes que sacar. Y yo no es que me esté justificando, ¡pero nosotros teníamos que hacer 2 puntos y ellos 16! y claro, como Peibol estaba de suerte, pues ale, 2-0 para los listillos.


A pesar de que ya habían ganado decidimos jugar aún así la partida restante de billar, más que nada para intentar hacer por lo menos el punto del honor, y lo hicimos! Claro, los otros ya estaban todos contentos celebrando la victoria y tan listos fueron que metieron la negra, ja!







De todas formas, los vencedores se olvidaron de sacarse una foto en plan VENCEDORES :), así que no hay ninguna prueba gráfica de su victoria. Sin embargo si la hay de que los pseudo-perdedores-casi-ganadores no perdimos la sonrisa en ningún momento, porque nos dimos cuenta de que nuestro día de gloria está muy, muy cerca...mucho más de lo que ellos (y seguro que muchos de vosotros) piensan.





Y bueno, por mi bien no debería pero tengo que contarlo. Resulta que antes de la partida estábamos cenando algo en la cocina cuando a los listillos (Peibol y Avni) se les ocurrió hacer una apuesta. Si ellos ganaban podrían preguntarme en cualquier momento, a cualquier hora y en cualquier lugar “Who is the best?” // “Quién es el mejor?” y yo tendría que responder “You are the best, boss” // “Tu eres el mejor, jefe”.  Si yo ganaba sería al revés, así que acepté la apuesta.


Y perdí...


Y así hasta el 17 de diciembre...


Y comparto cocina con ambos...


(Voy a considerar seriamente la opción de mudarme a otra planta)

domingo, 15 de noviembre de 2009

En Viena ya es navidad

Pues sí, en Viena la navidad empieza el 14 de noviembre. ¿Y porqué exactamente hoy? Pues porque hoy han abierto todos los Christkindlmarkt de la ciudad. La traducción de Christkindlmarkt viene siendo “mercadillo de navidad”, pero aquí no son unos mercadillos de navidad cualquiera, si no que son el orgullo de la mayoría de los vieneses. Como mínimo cada distrito tiene su mercado y si no te los visitas todos antes de fin de año eres considerado poco menos que un hereje.






Tanto nos habían hablado de los Christkindlmarkt éstos que después de varios días de clases y preparaciones intensivas de presentaciones decidimos que era hora de salir a conocer de cerca una de las más míticas tradiciones de Viena. Así que con nuestro amigo español (sí, ese con el que comparto mi buddy), el sueco y su novia austríaca y los otros dos coreanos nos plantamos en el Christkindlmarkt del Rathaus. Que por cierto, Rathaus significa ayuntamiento y no “casa de ratas” como alguno de vosotros seguro que había auto-traducido rápidamente ;).


El caso es que a mi así de primeras me daba un poco de pereza lo de plantarse en un mercadillo de navidad un 14 de noviembre, pero yo no sé qué pasa en estos sitios que nada más llegar te invade una sensación de espíritu navideño que hace que te olvides de todos tus sentimientos anti-consumismo-navideño que puedas tener. Creo que ahí está el truco. Gorritos de papá Noel por todas partes, chocolatinas, luces diferentes en todos los árboles, dulces, frío, bufandas, perritos calientes...¡ si es que solo faltaba la nieve para estar en una postal!






Una vez realizada la primera ronda turística para sacar fotos decidimos probar el punch, que no es otra cosa que un vino de baja graduación muy dulce que se sirve caliente!! si sí, caliente en plan queimada pero mucho más suave. No estaba malo y aunque alguno no se lo terminó para la foto quedó muy mono.





Y después de tanta dosis de ambiente navideño en pleno noviembre nos fuimos hacia el centro con la intención de tomar algo y pronto pa casa. Pero claro, Viena es Viena, y la oportunidad de pasear por las calles iluminadas con una temperatura más o menos agradable no puede desperdiciarse así como así.







En esta foto se puede ver la que de momento es mi plaza/calle ancha favorita de esta ciudad. Siempre hay un músico diferente tocando sea la hora que sea, hoy era un violinista que tocaba tangos. Y la plaza, pues aunque aquí la veis muy tranquilita la verdad es que tiene de todo: una heladería muy grande, una tienda pija de Nexpresso, un monumento dedicado a la peste, y hasta un callejón que la atraviesa y desemboca en una pequeña iglesia.

Pues nada, esta ha sido nuestra noche de hoy, que ha acabado pronto porque mañana hay bastante que hacer. No ha sido lo que se entiende por típica noche de sábado Erasmus pero nos volvimos contentos y con las pilas cargadas, porque como dijo Javi “Tenemos la suerte de poder ver estas calles con toda la pachorra del mundo, parándonos donde los turistas no pueden pararse, y decidiendo en cada momento a donde queremos ir sin preocuparnos del mapa.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Yo quería cacahuetes.

Como algunos de vosotros acertásteis en la anterior encuesta, ayer hubo torneo de triatlón (billar+dardos+futbolín) en el Heimbar de la resi. Había que jugar por parejas así que yo me apunté con nuestro amigo eslovaco y Peibol se apuntó con el sueco que vive enfrente nuestra.

Se trataba de un torneíllo chapucero en el que competíamos seis parejas. Hacían un sorteo en cada ronda y te enfrentabas a una pareja en las tres modalidades (dardos, billar y futbolín). Los que ganaban pasaban a la siguiente ronda y los que perdían hacían una repesca para ver quien pasaba a la siguiente ronda. Todo muy made-in-house pero fue divertido.

El caso es que en la primera ronda tanto Peibol y el sueco como nosotros ganamos, así que pasamos a la siguiente. Estábamos entonces los cuatro tomando algo esperando a que dieran comienzo de nuevo los enfrentamientos cuando el organizador del torneo (que no era otro que uno de los camareros del bar) salió de la barra para rellenar los cuencos de cacahuetes de las mesas vecinas, donde los que habían perdido estaban tomando algo. Ingenua de mí, pensé que se había olvidado de nosotros, así que me levanté y fui a la barra poniendo cara de gato de Shrek  para decir “No he cenado, me pones unos cacahuetes?”. El chico (muy falso él) puso cara de compungido y me dijo en perfecto alemán: “Wachu whichen su zu wichen cacahueten wachen tejodesn wachen zahlen”. A lo que yo respondí “Ahhhh claaaro majo, haberlo dicho antes”. El caso es que me volví a la mesa sin tener ni idea de lo que había dicho pero también sin cacahuetes. Estuvimos dándole vueltas un rato y yo llegué a la conclusión de que los que habían perdido contra nosotros eran de la chupi-pandi del camarero del bar, que entonces nos cogió resquemor y por eso no nos quiso poner cacahuetes. Peibol dice que fue porque no le quedaban cuencos vacíos, pero yo no me lo creo, así que espero que opinéis al respecto en la encuesta de hoy.

En cuanto al resto del torneo, a pesar del hambre y de la ausencia de cacahuetes las dos parejas volvimos a ganar la segunda ronda y pasamos a la gran final, donde nos tocaba enfrentarnos entre nosotros. El caso es que como Peibol y el sueco se hacían caquita porque tenían miedo de perder contra nosotros se inventaron que el sueco tenía que irse a una fiesta de cumpleaños y tuvimos que aplazar la gran final para la semana que viene. Qué se le va a hacer.

Hablando de otra cosa. Hoy a las 7h55 de la mañana (sí, habéis leído bien: 7h55) estábamos ambos en clase listos para empezar una nueva asignatura en alemán. Contra todo pronóstico el profe resultó ser un señor muy majo que se parece a un actor de cine del que no recuerdo el nombre. Nada más empezar preguntó (en alemán) si queríamos la asignatura en alemán o en inglés y como yo solo le había entendido algo de inglés levanté la mano en plan no-soy-de-aquí-y-no-me-entero”. Como era de esperar el resto de alumnos intentaron asesinarme con la mirada así que optamos por decir que hablábamos un poco de alemán y que como ellos quisieran. De todas formas al final de la clase fuimos a hablar con el profe y nos dijo que podíamos hacer las presentaciones y los exámenes en inglés, y que si  en algún momento teníamos problemas para seguirle que habláramos con él y tal y cual....un sol vamos, nada que ver con el parvo de los cacahuetes.

Y claro, echaréis de menos una foto del torneo, pero como ayer teníamos que estar concentrados en el juego no nos llevamos la cámara. Así que para que no quede tan sosa la entrada os dejo una foto de las super-taquillas nuevas de la facultad, que funcionan (cómo no!) con las tarjetas-que-todo-lo-abren de los estudiantes austríacos, porque a nosotros nos sale una luz roja que ni abre ni cierra ni ná.





Esto es todo amigos y amigas. Son las 9h50 y estoy en la facultad más fresca que una lechuga haciendo tiempo hasta las 11h30 que empieza la clase de alemán.

Paz y amor en la tierra.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Malditos bastardos!

Hace algunos años había una tira cómica muy conocida: 13 Rue del Percebe. Creo que hoy voy a inaugurar la 54 Donaufelderstrasse, porque lo que aquí no pase...


Empezaré por el principio. Este lunes fuimos al Heimbar con nuestro vecino sueco a hacer un poco de vida social. Estuvimos allí un rato aprendiendo formas suecas de jugar al billar y a eso de las once nos vinimos de vuelta a nuestro edificio. Resulta que en cada edificio de la resi hay dos habitaciones comunes, y a nosotros nos han tocado la sala de televisión y la sala de tenis de mesa. Lo sé, mola. El caso es que volvíamos hablando de si sería posible celebrar mi fiesta de cumpleaños en la sala de televisión, y como teníamos dudas sobre su tamaño y esas cosas nos pasamos por allí. Entramos los tres todos contentos como Pedro por su casa, encendimos la luz y ¿ qué nos encontramos? Resulta que uno de los sofás de la sala es sofá-cama, estaba abierto y allí había dos chinos durmiendo a pierna suelta con sus sábanas rositas!! Y claro nosotros tan tranquilos hablando en alto y con la luz encendida... os podéis imaginar el ataque de risa que nos entró.


A día de hoy aún no sabemos porqué dos chinos duermen en la sala de tele ni si lo hacen muy a menudo, pero no os preocupéis que lo averiguaremos.


Eso fue el lunes. Pero hoy también pasó algo gracioso. A media mañana estaba yo en la cocina cuando me fijé que alguien había colgado un cartel en la puerta del congelador. Decía “Be aware! Some bastard has stolen my things” Vamos, que “Sed conscientes de que algún bastardo me ha robado mis cosas”. Fui a buscar a Peibol para que lo viera y en los 10 minutos que tardamos en volver ya había pasado el putzfrau* y lo había tirado a la papelera. Aún así pude rescatarlo por lo menos para sacarle una foto y que lo viérais.






A la hora de comer hicimos una investigación casera al estilo CSI y descubrimos que había sido la paquistaní la que lo colgó, porque parece ser que le desapareció del congelador un pescado y algo más. Aún ahora la señora está muy indignada y teniendo en cuenta que lleva aquí viviendo unos tres años es la jefa de la planta, y no, ¡ no conviene que esté enfadada! El caso es que hicimos una pseudo-reunión los de la planta en la que no sacamos nada en claro. El sueco decía que el otro día vio entrar en la cocina a un tipo con pinta rara y que si lo vuelve a ver le pide explicaciones en plan borde, el chino estaba perdido el pobre preguntando qué hablábamos de un pescado, la paquistaní preguntándome que porqué había sacado el cartel de la papelera y yo sin saber como explicarle que tenía que sacarle una foto para mi blog...y mientras el bebé paquistaní poniéndole banda sonora a la escena “bababababa!!!!!”....¡ Un cachondeo !


En fin, planta de locos donde las haya pero bueno, a nosotros de momento no nos han robado nada. Yo creo que la mejor opción es crear una patrulla vecinal de estas yankis para hacer rondas y averiguar quién nos entra en la cocina. A la hora de la cena se lo voy a proponer a los demás!


*Putzfrau: Del alemán, señora (frau) de la limpieza (putz). Si es señor le pones artículo masculino delante y listo.

lunes, 9 de noviembre de 2009

SCHRKCHRFFKAK

Lunes. 10h50 de la mañana. Aula B2.02 de la Technikum Wien. Profesor impartiendo una apasionada clase de sensores capacitivos a unos veinte alumnos. De repente se levanta una mano. Alguien quiere hacer una pregunta: “¿Podemos hacer un descanso?” Se oye alguna risita por el atrevimiento de la estudiante pero al profesor no le parece mal, dice que no hay problema, que se reanuda la clase en diez minutos.


Hasta aquí todo (más o menos) normal. Después de diez minutos los alumnos volvemos a clase, dispuestos a pasar la siguiente hora de nuestras vidas aprendiendo los misterios intrínsecos de los amplificadores operacionales. Cinco alumnos entran un par de segundos tarde y se sientan en la fila delante de la nuestra. Parece que les ha dado tiempo durante el descanso a ir al súper que está enfrende de la facultad. Llevan unas bolsas de las que uno saca un RedBull y un zumo, otro un sandwich de salami y una botella grande de un líquido extraño, otro un paquete con nueve manzanas, otro un sandwich vegetal y algunas cosas más. Mientras el profesor empieza la explicación uno de ellos se levanta para ir al baño a lavar la manzana, otro abre su sandwich encima de los apuntes y empieza a comerlo. El de la manzana vuelve un rato después con su manzana limpia y entre resistencias y condensadores empieza a comer. “Schhhrkcksack”, se oye con cada mordisco. “SCHRKCHRFFKAK” si es un mordisco grande. Y mientras el olor a salami se expande por el aire. El profe empieza a explicar los amplificadores desacoplados. Y “sswpsssssch”, otro abre su RedBull.


¡ Y entre tanto “schhhrkcksack”, “sswpsssssch” y el puto salami que parece que le han echado aroma no hay quien se concentre ! Pero claro, estamos en una uni privada y aquí son los alumnos los que mandan. Por eso pueden hablar por el móvil en clase, organizar merendolas y responder cuando les preguntan que el ruido rosa es el ruido gay. Angelitos.

Esta ha sido nuestra mañana de hoy.

Y cambiando un poco de tema, os digo que habéis fallado casi todos/as la última encuesta!!! muahahaha. Resulta que a nuestros vecinos los de Paquistán les dan pena los cuervos carroñeros super chungos que hay por Viena adelante, así que les dejan filetes en la ventana para que los “pobres” no pasen hambre. A mi la verdad es que me da un poco igual y la prefiero eso a que laven la ropa en el fregadero (que fue lo que pensásteis la mayoría), pero el día que me encuentre un bicharraco de esos mirándome fijamente desde la ventana me voy a hacer caquita y mucha. Porque Alfred Hitchcock no era vienés, pero seguro que pasó aquí una temporadita para sacar la idea de hacer la peli de Los Pájaros.





Como hoy no me llevé la cámara a clase no pude sacar fotos del festín que se pegaron nuestros compañeros en medio de la explicación, así que os dejo con una foto de los primeros días en la que cómo no, salen unos cuantos cuervos asquerosos de esos :S.


Y a ver quien se atreve con la encuesta de esta semana, que parece más fácil de lo que es!

domingo, 8 de noviembre de 2009

"Colegas"

Ya llevo algún tiempo hablándoos de mi buddy, pero por fin hoy me he decidido a hacer una entrada hablando solo de él y de los demás buddys. Antes que nada, y para evitar futuras correcciones en los comentarios que tanto gustan a algunos, me váis a permitir que a lo largo de esta entrada utilice las palabras buddy y buddys como si fueran palabras españolas normales, más que nada porque si no el botoncito de cursiva se va a cansar un poco de mí.


Bueno, al tema. Resulta que allá por junio nos llegó un mail de la universidad de Viena que más o menos decía así: “Hola, esta es la dirección de tu buddy, esperamos que lo disfrutes” y venía acompañado de una dirección de correo. El traductor de Google (al que algún día también tendré que dedicarle una entrada) nos informó amablemente de que buddy significa colega. Así que nada, ya teníamos (cada uno) un nuevo colega vienés. Casualidades de la vida (o complejo de Celestina de la universidad) el de Peibol era colega y el mío colego.


Así fue como conocimos a nuestros buddys, y al igual que nosotros todos nuestros amigos internacionales de la universidad, pero bueno, para hacer más llevadera la lectura de esta entrada paso a continuación a enumerar los distintos tipos de buddy que nos hemos encontrado.


  • B.C (Buddy-de-los-coreanos): Es un sujeto que habitualmente es majo pero tímido. Suelen ser oriundos de Viena para poder ayudar mejor a encontrar calles y sitios pero no salen mucho de casa. Algunos recogen a sus buddines* en el aeropuerto y otros simplemente se limitan a quedar un día para decirles que si necesitan algo simplemente que les llamen, y ya está.

  • B.F.P (Buddy-funcional-y-punto): Sujeto X que no quiere dar su nombre y simplemente se hace buddy porque cree que dan créditos o porque tiene la esperanza de ligar. El primer día está puntual en el aeropuerto para recoger a su buddín y llevarlo a su residencia pero luego se da cuenta de que no le dan créditos o de que su buddín no es de su agrado y no vuelve a aparecer.

  • B.F (Buddy-fantasma): Se trata de un buddy que se hizo buddy para intentar conseguir así un novio/a extranjero. En este caso la B.F. que conocemos parece que se echó un novio al día siguiente de echar la solicitud para ser buddy, así que pasó completamente de P.P (Pobre Peibol) desde el principio. De hecho, el único mail que le mandó después del verano fue para decirle algo así “Hola, si quieres algo te buscas la vida, porque yo tengo novio, mira que guapo es.” adjuntando por supuesto una foto de su jeto y el de su novio muy sonrientes. Los B.F suelen ser generadores de buddines huérfanos que necesitan urgentemente un buddy adoptivo.

  • B.M.H.E.P.T.T.L (Buddy-majo-que-habla-español-perfecto-y-tiene-tiempo-libre): Suele ser un buddy que ha estado de Erasmus en España y en este caso el que conocemos habla español perfecto. Sale con su buddín y los amigos Erasmus de éste por la noche, luego los acompaña a la parada del bus nocturno y les ayuda a elegir que línea coger. Un portento vamos, lo malo es que con buddys de este tipo no sueles practicar alemán.


  • B.A.M.B.M (Buddy-aspirante-a-mejor-buddy-del-mundo): Es un buddy muy majo que te recoge en el aeropuerto en su coche en el que ya el primer día pone música que le gusta a su buddín. No le importa ejercer de buddy adoptivo y llevarse a los amigos/novios de sus buddines a todas partes. No habla español así que es recomendable para practicar alemán/inglés y tiene un piso grande en pleno centro en el que hace cenas para sus amigos y los amigos de sus buddines. Suele llamar todas las semanas a sus buddines para preguntarles como les va y si necesitan algo. 








Supongo que ya habréis averiguado que este último tipo es mi buddy, lo malo es que tan majo como es, en este caso tengo que compartirlo con dos buddines Españoles más. Uno es Javi, que ya lo tenía asignado igual que yo, y otro es P.P, que poniendo cara de pena ha conseguido que sea su buddy adoptivo.



Aquí tenéis una foto del B.A.M.B.M y sus buddines oficiales :).






*Buddines, plural de Buddín: Del latín buddinus. Dícese de estudiantes Erasmus que tienen un buddy 

viernes, 6 de noviembre de 2009

Hogar, dulce hogar...

Hemos pagado el adelanto que nos confirma como habitantes de nuestra resi hasta junio de 2010. En un principio solo íbamos a quedarnos hasta febrero y luego buscar un piso o similar, pero la situación inmobiliaria de Viena y el hecho de que aquí no estamos del todo mal nos han convencido para quedarnos.

Así que, poco a poco, mi habitación se va convirtiendo en un hogar calentito desde el que puedo acurrucarme a veinte grados de diferencia con el exterior y ver como se hace de noche a las cuatro de la tarde.

Y fuera nieva, hace viento y está oscuro... pero yo estoy a gusto.




miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cosas que pasan en Austria...

...que en España no pasan ni de coña.


Porque sí, hay muchas cosas a las que nos estamos acostumbrando aquí que en España no ocurrirían ni de coña, vete tú a saber porqué. De algunas ya os he hablado, como por ejemplo el hecho de que para comprar un periódico tengas que meter un euro en una cajita y coger tú mismo el periódico. Y claro, nadie se preocupa de si metes un euro o una moneda de cinco céntimos, pero el caso es que debe funcionar bien porque si no los periódicos austríacos se irían al garete. Además, no todos valen un euro, por lo menos al lado de nuestra resi “venden” uno que vale ¡ dos euros !.


También hay pequeños detalles gastronómicos que te llaman la atención, como por ejemplo que haya numerosos puestos de patatas asadas cortadas en rodajas a la entrada de las estaciones de metro; o cosas más interesantes para el medio ambiente, como que en mi habitación  (y se supone que en el resto de la resi también) haya tres papeleras: una para plásticos, otra para papeles y una tercera para todo lo demás. Como anécdota puedo contar que el primer día (durante mi crisis de limpieza) metí un cubo dentro de otro de tal manera que se hizo el vacío (sin querer) y ahora se han quedado enganchados de por vida... Pero bueno, mis intenciones recicladoras siguen siendo buenas.


Hay bastantes más cosas que pasan en Austria a las que no estamos muy acostumbrados, como por ejemplo que puedes estar más de un mes sin ver el sol (eso a los gallegos igual nos suena un poco). Todavía no lo hemos podido comprobar pero doy fe de que ya estamos en ello. Por si no me creéis podéis hacer uso del nuevo gadget (mucho me gusta esa palabra) del tiempo a ver si algún día de estos encontráis la palabra “soleado”, ¡ja!. Y por si seguís sin creerme os dejo una foto que muestra lo que se veía desde una de mis ventanas ayer. Porque aunque la nieve no cuaja ya llevamos dos buenas nevadas...






Pero todo esto no ha sido más que una introducción algo larga para introducir (valga la redundancia) un hecho que aconteció la semana pasada, si bien no deja de estar de actualidad. Resulta que en nuestra resi no solo hay gimnasio y rocódromo, si no que también hay un Heimbar. Se trata de un bar con cortinas rosas y luces tenues (también rosas) al que al principio no nos atrevíamos a ir porque desde lejos parece un local de moral distraída (cuán cultos vocablos utilizo hoy eh?). El caso es que una vez que superamos nuestros prejuicios iniciales nos encontramos con un bar bastante mono y no muy caro que es una lástima que solo abra los lunes y los miércoles. Pero esto no es lo que os quería contar. Resulta que un miércoles estábamos en el susodicho Heimbar con nuestro amigo Tomas y decidimos probar el futbolín y el billar que allí tienen. Como había un cartel que según nuestra traducción indicaba que ambos eran gratis nos fuimos a la barra a preguntarle al camarero. Y ahora es cuando viene lo increíble: Nos dijo que por supuesto que es gratis, sacó de debajo de la barra un bote repleto de monedas de 50 céntimos (de curso legal en la actualidad) y nos dio un buen puñado así sin contar ni nada.

Sí, habéis entendido bien. Tú pides en la barra una cerveza y la pagas, pero si pides jugar al futbolín te dan unos cinco o seis euros en monedas de 50 céntimos para que juegues todo lo que quieras y luego devuelvas las que sobren.


Lo sé, no tiene sentido. Esto es Austria amigos y amigas, un país un poco facha pero donde todo el mundo es honrado!

lunes, 2 de noviembre de 2009

La vida sigue igual

Pues sí, casi todos acertásteis, pero tenéis que reconocer que era bastante fácil. El cubo de Rubik se inventó en Hungría, lo que implica que en Budapest lo vendan por todas partes y que ahora Peibol se pase el día buscando ratos libres para hacer el cubito de las narices. Si es que el que es friki, lo es.


Hoy os dejo una encuesta más complicada relacionada con mis vecinos, ja! a ver quien acierta...


Son las 16h59 y ya es completamente de noche desde hace un rato. por si no me creéis he añadido un nuevo gadget (este vocabulario de blogger es un tanto pijo, lo sé) en el que podéis ver con detalle el tiempo en Viena. Igual os parece excesivo pero sé que a alguno de mis lectores habituales (un poco friki también) le va a molar saber la humedad relativa y hasta la presión atmosférica del lugar donde está viviendo su hija.


Y hablando un poco de todo os comento que nuestra relación con la familia pakistaní va viento en popa. Como ya sabéis, el último detalle lo tuvimos nosotros al hacerles una mini-tarta el otro día. Pues hoy a la hora de la comida la señora nos dijo que si algún día queríamos hacer una pizza o algo similar ella tiene un horno pequeño en la habitación, que podemos usarlo. Nos lo dijo en plan secreto y con razón, porque toda la gente que vive en la resi se pasa el día protestando porque no hay ni un horno de uso común. Así que nada, nosotros ya sabemos donde hay uno, y aunque no creo que lo usemos porque eso de meternos en su habitación a cocinar no va a estar muy bien visto, a mí me hizo ilusión que nos lo dijera.


Esto es todo amigos y amigas, no hay muchas más novedades porque esta semana toca estudiar bastante y darle caña al alemán. Como véis, sigue haciendo frío y yo sigo contando chorradas inconexas en mi blog. Además, hoy cuando veníamos hacia la uni había dos polis chulitos en el metro pidiéndole la documentación a una china. El tiempo pasa y cada vez anochece antes, pero el resto de cosas no cambian.