jueves, 26 de noviembre de 2009

Cada loco con su tema

El primer paso es reconocerlo, y en ello estoy. Creo que me he enganchado.

Todo empezó hace apenas tres meses. Por aquel entonces no sabía aún cuanta cantidad echar ni si realmente iba a funcionar, y de hecho, la primera vez no obtuve el resultado esperado.

Poco a poco ha ido pasando el tiempo y ya soy una experta. Domino a la perfección el método y la técnica. Y qué textura, qué olor... insuperable. Solo hay un problema, es adictivo. Cada semana que pasa necesitas más cantidad para obtener mejor resultado. Y aún así nunca estás contento.

Es una de las pocas cosas en las que no escatimamos recursos a la hora de hacer la compra. La primera vez escogimos el más barato, pero pronto nos dimos cuenta de que no debía ser así. Hay necesidades que están por encima del ahorro.

Qué suavidad, qué olor, qué frescura... Lo mejor es ahora, en estos momentos, cuando el olor a rosas invade toda la habitación durante horas...





Y es que la culpa no es mía, es de las instrucciones en alemán, que así no hay quien se entere de cuanto suavizante hay que echar en la lavadora y entonces echas, y echas y echas....y siempre te parece poco....y claro  ¡Te acabas viciando!

5 comentarios:

  1. Así se acaba el suavizante de mas de 1L a los tres lavados...Un día vas a ahogar a la lavadora, xD

    ResponderEliminar
  2. nada peibol, lo que yo digo... cada día sois mas lillipad y marshmallow..... lo que te espera chaval

    ResponderEliminar
  3. @Martin: Uuuuy, mira que si sigues así no me apunto contigo a Pekín Exprés eh?!?!

    ResponderEliminar
  4. Bego pasa del de olor a rosas, es muchísimo mejor el que huele a jabón de marsella! ah! y sábes que hay uno que huele a nenuco? tu colonia!como lo encuentres acabas yonki perdida...

    ResponderEliminar
  5. Míralo por el lado positivo. Derrocharás en suavizante, pero oye, la colonia ya no necesitas ni comprarla!

    ResponderEliminar

Una cosa te voi dicir: