domingo, 15 de noviembre de 2009

En Viena ya es navidad

Pues sí, en Viena la navidad empieza el 14 de noviembre. ¿Y porqué exactamente hoy? Pues porque hoy han abierto todos los Christkindlmarkt de la ciudad. La traducción de Christkindlmarkt viene siendo “mercadillo de navidad”, pero aquí no son unos mercadillos de navidad cualquiera, si no que son el orgullo de la mayoría de los vieneses. Como mínimo cada distrito tiene su mercado y si no te los visitas todos antes de fin de año eres considerado poco menos que un hereje.






Tanto nos habían hablado de los Christkindlmarkt éstos que después de varios días de clases y preparaciones intensivas de presentaciones decidimos que era hora de salir a conocer de cerca una de las más míticas tradiciones de Viena. Así que con nuestro amigo español (sí, ese con el que comparto mi buddy), el sueco y su novia austríaca y los otros dos coreanos nos plantamos en el Christkindlmarkt del Rathaus. Que por cierto, Rathaus significa ayuntamiento y no “casa de ratas” como alguno de vosotros seguro que había auto-traducido rápidamente ;).


El caso es que a mi así de primeras me daba un poco de pereza lo de plantarse en un mercadillo de navidad un 14 de noviembre, pero yo no sé qué pasa en estos sitios que nada más llegar te invade una sensación de espíritu navideño que hace que te olvides de todos tus sentimientos anti-consumismo-navideño que puedas tener. Creo que ahí está el truco. Gorritos de papá Noel por todas partes, chocolatinas, luces diferentes en todos los árboles, dulces, frío, bufandas, perritos calientes...¡ si es que solo faltaba la nieve para estar en una postal!






Una vez realizada la primera ronda turística para sacar fotos decidimos probar el punch, que no es otra cosa que un vino de baja graduación muy dulce que se sirve caliente!! si sí, caliente en plan queimada pero mucho más suave. No estaba malo y aunque alguno no se lo terminó para la foto quedó muy mono.





Y después de tanta dosis de ambiente navideño en pleno noviembre nos fuimos hacia el centro con la intención de tomar algo y pronto pa casa. Pero claro, Viena es Viena, y la oportunidad de pasear por las calles iluminadas con una temperatura más o menos agradable no puede desperdiciarse así como así.







En esta foto se puede ver la que de momento es mi plaza/calle ancha favorita de esta ciudad. Siempre hay un músico diferente tocando sea la hora que sea, hoy era un violinista que tocaba tangos. Y la plaza, pues aunque aquí la veis muy tranquilita la verdad es que tiene de todo: una heladería muy grande, una tienda pija de Nexpresso, un monumento dedicado a la peste, y hasta un callejón que la atraviesa y desemboca en una pequeña iglesia.

Pues nada, esta ha sido nuestra noche de hoy, que ha acabado pronto porque mañana hay bastante que hacer. No ha sido lo que se entiende por típica noche de sábado Erasmus pero nos volvimos contentos y con las pilas cargadas, porque como dijo Javi “Tenemos la suerte de poder ver estas calles con toda la pachorra del mundo, parándonos donde los turistas no pueden pararse, y decidiendo en cada momento a donde queremos ir sin preocuparnos del mapa.

3 comentarios:

  1. La frase de Javi supongo que te sonaría mucho. La decían tus padres cuando viajaba toda la familia en verano con los intercambios. Casi palabra por palabra, cuando los turistas corrían (por ejemplo para ver San Marcos de noche) y nosotros tan tranquilos diciendo eso mismo.

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  2. "eso ya lo decía yo hace mucho" chincha rabiña!!! (tonito de rentintín!!!) AbueloooOoOoOO!!

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  3. Ya te digo, solo os falta la nieve en las fotos ^^

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Una cosa te voi dicir: