Rico rico...

Tengo un nuevo amigo. Técnicamente no es mi amigo, porque no compartimos ninguna lengua en común (todavía) y por lo tanto no hablamos mucho. Pero el señor con cara de Koala que hace la comida que comemos casi todos los días en el comedor de la Technikum es tan majo que ya lo considero como de la familia (austríaca).

El señor es majo, pero lo que viene siendo planificar comidas no se le da del todo bien. Quizás tenga algo que ver el hecho de que a los austríacos les va mucho lo de comer dulce. Vale, que una cosa es que te gusten los postres, pero eso de comer de primer plato sopa y de segundo arroz con leche caliente en plan paella….pues no mola nada. El caso es que en este comedor siempre hay dos segundos platos a elegir. El primero no se elige, es sopa del día, que si eres hábil puedes convertir en pasta con salsa, ya que te ponen por un lado el líquido (agua con color) y por otro la pasta o los tropezones de la sopa. Es gracioso por lo tanto ver como la gente (yo no eh???) se afana en construir en el cuenco una pirámide de tropezones que regada con un poco de sopa luego te cobran como si fuera una ídem. Pero volvamos a los segundos, eso sí que es un problema. Resulta que puedes elegir el EINS (uno) o el ZWEI (dos). Sendos carteles suelen anunciarte el contenido de los mismos, si bien como os podéis imaginar ya me llega con traducir las palabras técnicas como para ponerse a distinguir entre ajifaifas y huevos duros en alemán. Así pues, lo que solemos hacer es optar por el menú EINS (que vale 3.90€) y pedir el ZWEI (que vale 4.90€) sólo cuando ojeamos el EINS y no nos cheira bien. El caso es que más de una vez nos equivocamos. Una de ellas terminamos masticando (que no digiriendo) cuatro buñuelos gigantes rellenos de mermelada de ciruela con azúcar glas, y por supuesto cagándonos en los austríacos y en su manía de comer dulce. Y hoy pues nada, nos toco esparcir malamente por el plato un ungüento extraño de color marrón que olía (y sabía) a vómito con cebolla -ver foto-… Por ello, mientras me concentraba en tragar esa cosa extraña (que al final se quedó en el plato) me hice el firme propósito de utilizar el diccionario también en el comedor, algo que quizás debería haber hecho hace mcho tiempo.

Por último: El rey, la reina, Peibol y yo queremos comunicaros que nuestra asistente la chunga (la señora S) ha desaparecido de nuestra vida. No es que nos la hayamos cargado en un arranque de locura(?), simplemente la hemos cambiado por nuestras amigas las asistentes de la oficina de internacionales. Ellas son las que han conseguido (1300€ mediante) que un profesor nos imparta clases privadas para compensar el hecho de que los grupos a los que íbamos a asistir están saturados de gente. Quien crea que estas cosas en España no pasan que diga AAAA.

Y nada más queridos y queridas, os recomiendo que respondáis la nueva pregunta-encuesta de hoy, cuya respuesta seguro que sorprenderá a más de uno/una.