jueves, 4 de marzo de 2010

De vuelta a la rutina

Pues sí, ya toca, después de cuatro semanas de viajes entretenidos e invasiones (bien recibidas) de amigos es hora de tomarse en serio las nuevas asignaturas y empezar a conocer a los nuevos amiguitos de la resi, que para algo está abierto el Heimbar de nuevo.

Para pasar página sin dejar puertas abiertas, os confirmo rápidamente que casi todos acertásteis la encuesta anterior, lo cual quiere decir que muchas cosas no salieron como esperábamos en nuestro viaje de principios de febrero.

Por un lado el hostel de Estambul se parecía más a un lugar de moral distraída sin ducha que a un albergue. Las paredes estaban construidas a base de paneles de obra y por todo el hostel se distribuían estufas antiguas que amenazaban continuamente con prender el suelo (cubierto de paja y esterillas). Por supuesto nos fugamos de allí en cuanto pudimos y fuimos a parar a otro hostel en el que nos trataban mucho mejor y nos regalaban pipas de agua por ser casi los únicos habitantes del albergue.

Por otro lado en el billete de vuelta (Estambul-Colonia a las tres de la mañana) aparecía un aeropuerto que no era, pequeño inconveniente del que nos dimos cuenta a las doce de la noche al no ver nuestro vuelo en ninguna de las pantallas del aeropuerto. A partir de ese momento estrés-pregunta en recepción-corre con los macutos-ay que me caigo-busca un taxi que no nos time (mucho)-yo creo que el taxista es raro-yo creo que el taxista no sabe leer-yo creo que quiere llevarnos al bosque y matarnos a todos-vamos a perder el avión-quién me mandaría a mí venir, etc...

Y cuando ya parecía que todas las peripecias habían terminado (estábamos llegando a Alemania, última etapa), nos dimos cuenta de que el carnaval más famoso de Alemania tiene lugar en Colonia, y justo el día en el que llegábamos era el día grande de las fiestas, y por lo tanto festivo. Sin mucho dinero para gastar, con pocas horas de sueño encima y agotados después de más de diez días de aventuras, nos tocó cargar con los macutos durante veinte horas rodeados de unos 100.000 borrachos disfrazados que acabaron dándole a la ciudad un ligero aroma a meo.

Además de eso yo perdí mis llaves de la resi de Viena (con lo que tuve que pagar 50€ nada más llegar) y Tanya perdió su mp3. Pero como muchos ya sabemos la de Mos tiene una habilidad innata para perder un mp3 en Alemania y encontrarlo tirado en el suelo de un vagón de metro de Viena...cousas veredes.

Y como diría Jesús Calleja: “Esto es todo amigos”. Ya puedo cambiar de encuesta y darle la bienvenida a este nuevo semestre, cuyas principales novedades son que Fanni (la húngara-alemana) se ha convertido en nuestra mascota al mudarse a nuestro piso y que un ugandés/ugandeño/ugandense (de Uganda) se ha instalado en nuestra planta. Todavía no puedo contaros mucho pero todo llegará. De momento os dejo con una nueva encuesta cuya respuesta no deberá sorprenderos, porque aunque iniciemos un nuevo semestre, las cosas en la facultad siguen como siempre. ¡Son todos unos cochinos!


3 comentarios:

  1. Bueno...gajes de andar polo mundo adiante. Pero quien no sale, no aprecia lo bien que se está en e curruncho de cada cual. Estoy en ascuas por saber que hizo la profe de inglés... seguro que alguna guarrería.

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  2. Lo del mp3 de Tanya me ha generado enormes espectativas. Desde que lo leí voy por la calle mirando al suelo por si aparecen las gafas que perdí.... hace unos años en Dublín. Si con Tanya se ha obrado el milagro, ¿por qué no me va a suceder a mí lo mismo?. (criaturitas)

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  3. Jajajaja. Imaginarse la imagen de los miles de alemanes borrachos y vosotros con los macutos no tiene precio xD

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Una cosa te voi dicir: