sábado, 5 de junio de 2010

Qué descansada vida ...

... la del que huye del mundanal ruido. Decía mi colega Fray Luis de León.

Precisamente eso, huir del ruido y relajarnos, fue lo que hicimos ayer viernes. Como estamos en una uni de pijos de vez en cuando pasan cosas de esas, nos mandan un email y nos dicen “tal día a tal hora tenéis que estar en tal sitio porque os llevamos a hacer rafting y a qué comáis como cerdos mucho en medio de un paisaje superchulo”. ¿Quién puede negarse ante tal invitación?.

Así que ayer a las 6h45 salimos de la Technikum rumbo a Palfau, un pueblecito a unas tres horas de Viena. El viaje se nos pasó relativamente rápido, ya que estábamos entretenidos con el paisaje, que poco a poco se iba transformando en ese que sale en los anuncios de Milka. Tanto que pronto comenzó una discusión sin sentido acerca de las pobres vacas de Milka, que hay quien dice que pintaban de verdad de color violeta. Por cierto esta discusión sigue abierta todaviá en numerosos foros y blogs de Internet.



Tampoco faltó la cabezadita de rigor a las 8 de la mañana para prepararse para un duro día de deporte de aventura.



A eso de las 11 ya estábamos en destino, todos preparados y mentalizados para la acción. Las nubes empezaban a abrirse en el cielo y la temperatura era buena. No tanto la del agua, por lo que nos equiparon con trajes de neopreno que junto a los cascos nos hacían parecer (a algunos más que a otros) hormigas atómicas.



Fueron dos horas de rafting en frías aguas en las que remamos duramente para sobrevivir quemar energías de cara a la comilona que nos habían anunciado para después. Como podéis imaginar no tengo fotos en las balsas, la cámara no habría sobrevivido.

Después de 16km río abajo tocó ducha rápida y a disfrutar del sol esperando a que todos estuvieran listos para ir a comer como cerdos.



No hizo falta mucho debate para decidir donde comer (porque sí, aún por encima de estar invitados podíamos elegir sitio), así que terminamos en un restaurante del pueblo especializado en comida austríaca. Nos acomodamos los quince en una terraza sin muchos problemas, y además nos dimos cuenta de que después de diez meses aquí ya no necesitamos pedir menú en inglés. Todo un avance.



En cuanto a la comida yo opté por una especie de pasta con huevos y especias que según Fanni es típica de Hungría y no de Austria. Pero estas cosas ya se sabe que todas son húngaras, checas, eslovacas y austríacas a la vez. El caso es que como se puede ver en la foto tenía buena pinta (y además estaba rico).



Peibol optó (como la mayoría) por un rollito más del tipo ponme-un-plato-con-todos-los-tipos-diferentes-de-carne-que-tengas que tampoco estaba nada mal.



Todo esto con el sol ya en el cielo en una terracita rodeados de montañas gigantes en las que de un momento a otro parecía que iba a aparecer Heidi correteando.



Casi tres horas más tarde, después de que la chica de la oficina internacional de la Technikum (super-maja por cierto) pagara una cuenta de 300€, hicimos un gran esfuerzo para trasladar nuestros cuerpos vacunos llenos de comida hasta el autobús, donde una siesta memorable nos sirvió para recuperarnos de un día intenso pero relajante en el que no nos costó mucho olvidar los exámenes.



Ayer al llegar apenas podíamos movernos y hoy tenemos agujetas (unos más que otras), pero todos coincidimos en que estar en una uni privada de pijos por un año no está nada mal.

Por cierto, ya que he resuelto la anterior encuesta os dejo con una nueva cuya respuesta seguro que os sorprenderá.

3 comentarios:

  1. Duas cousas: aquí veo la misma encuesta ¿dónde está el cambio?; segundo, rafting no sé si harías, pero dormir, de lindo, a la ida y a la vuelta.

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  2. bego te tendrias que haber quitado el casco para la foto asi se te veia mejor la cara XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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  3. Enhorabuena por no necesitar el menú en inglés :D
    La verdad es que parece que os pusistéis las botas comiendo.

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Una cosa te voi dicir: