Ayer fue el día del trabajo, y como tal nos lo pasamos preparando nuestro próximo examen de IT-Security (Seguridad en internet). Suena apasionante, lo sé. Pero más apasionante resulta aún el hecho de que la estamos estudiado por nuestra cuenta traduciendo los apuntes del alemán gracias a la ayuda de Google Translate B.S. (Bendito Sea).
Pero como no era plan de pasarse la tarde-noche también currando en un día tan especial decidimos pasarnos por el Maifest (festival de Mayo) del Prater, que viene siendo como una mega-fiesta en el parque de atracciones del Prater, donde está la mítica noria de Viena, hecha a base de vagones de tren antiguos.
El caso es que se trata de un parque de atracciones extraño, ya que funciona como una feria (no tienes que pagar nada por entrar sino que vas pagando en cada una de las atracciones) pero tiene atracciones del nivel de un parque grande. Pero vamos, que ayer lo de menos eran las atracciones, ya que había cientos de lugareños devorando donuts, pizzas aceitosas y demás bollos grasientos (al más puro estilo yankilandia) que luego se les revolvían en el estómago al subirse a atracciones como ésta: una megatorre con sillas voladoras que a mi me marea con solo mirarla.
Como el tiempo empezó a estropearse al cabo de un rato decidimos pasar de los fuegos artificiales que había planeados para la noche (que con lluvia no molan) y dejamos que Giannis (el griego de la resi) nos llevara a una fiesta de estas que-van-de-alternativas-pero-en-el-fondo-son-pijas en la que se celebraba el día del trabajo. Tenía lugar en un club situado enfrente del Musikverein (donde se celebra el concierto de año nuevo) y justo encima del Museo de arte, así que podéis imaginaros el percal.
Llegamos allí a eso de las 21h30 y decidimos quedarnos hasta las 23h porque a esa hora estaba previsto que empezaran los conciertos. Y empezar empezaron. A las 23h se subió al escenario un tipo bastante pecular, ya entrado en años, con traje y gafas de sol (pena de no haber llevado cámara) y se sentó frente a un piano de cola, al lado de un portátil. En ese momento se puso a fozar con el portátil y un ruido tremendo empezó a salir por los altavoces. ¡Resulta que con el portátil estaba activando (sin tocarlo) todas las teclas del piano a la vez! Suena parece guay. Sí. Durante los primeros 3 minutos...
Después la gente ya se cansó de sacarle fotos al friki del piano/portátil y algunas empezamos a mosquearnos y a ponernos tapones de papel higiénico en los oídos. Diez minutos más tarde el ruido seguía (yo empecé a pensar que se le había quedado pillado el portátil y no sabía como arreglarlo) y el tipo no tocaba nada más que el teclado del ordenador con cara de interesante. Así que sin mucho esfuerzo convencí al resto para dejar de hacernos los alternativos y volvernos a la resi.
Pues eso, que ayer fue un día del trabajo un tanto extraño. Empezamos con el Google Translate y acabamos en una fiesta chunga de pijos con pantalones a cuadros en la que un tipo le hacía aberraciones a un pobre piano de cola, creando ruido y llamándole música. Pero bueno, por lo menos no pagamos nada por entrar y nos dieron pegatinas molonas:
Tengo yo un video maravilloso de una niña de tres años que, en el Prater, de pronto se dió cuenta de que los coches de choque se movían solos y tenía que dirigir el volante...no parábamos de reirnos al ver tu sorpresa, dando vueltas como una peonza en medio de la pista. Lo dicho: está grabado...tu primera experiencia como conductora...
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