Siete de la tarde. Yo tan tranquila en mi habitación con una diferencia de 21 grados respecto a la temperatura exterior, las piernas en el radiador, el flexo encendido y los apasionantes apuntes del examen de mañana bien esparcidos por la mesa...cuando ocurre algo extraño. De repente un tufillo a castañas asadas se empieza a colar por mis fosas nasales. Al principio no le doy mucha importancia y pienso “anda mira, alguien está asando castañas en la cocina”, hasta que unos minutos después (mientras el tufillo se empieza a convertir en fuerte-olor-a-semi-quemado) se me enciende la bombilla (!) ”pero si no tenemos horno, cómo van a estar asando nada????”.
Me voy entonces a la cocina con la excusa de hacerme un sandwich para ver qué está pasando y esto es lo que me encuentro (he decidido que en este caso una imagen vale más que mil palabras):
Y no, no es que nadie se hubiera olvidado de usar una cacerola, es el último grito en utensilios de cocina: el nuevo horno-vitrocerámica.
Sé lo que estáis pensando, no son castañas sino berenjenas... pero aún así aquello olía a magosto total.
Cousas veredes....
o.o
ResponderEliminarO.o
O.O
Begooo, huye de ahí mientras puedas. Qué loquería xDDDDDD
castañas........ mi ma.....
ResponderEliminarbego, el okapi ha estado escribiendo el PFC!!!!!!!!!! fliiiiipalo
Como quisiera poder vivir sin horno?¿?¿??¿
ResponderEliminarY luego soy yo el "flipaden"....
Alvaro